Soto de Cerrato estrena una vivienda ‘Rehabitare’ gracias a un convenio entre la Diputación de Palencia y Junta de Castilla y León con una inversión total de 52.000 euros



La presidenta de la Diputación de Palencia, Ángeles Armisén acompañó a la directora general de Vivienda, Arquitectura, Ordenación del Territorio y Urbanismo, María Pardo, en la firma del protocolo de adhesión al ‘Programa Rehabitare’ en la localidad de Soto de Cerrato en la provincia de Palencia, con los ayuntamientos de Acera de la Vega, Frómista, Nogales de Pisuerga y Villarramiel

En la firma estuvieron presentes el alcalde de la localidad, Jesús María Sánchez y los vicepresidentes de la institución provincial, María José de la Fuente y Urbano Alonso, además de técnicos y concejales.  

Una firmados los convenios de adhesión al programa Rehabitare de los municipios palentinos, las responsables institucionales, junto con los alcaldes, visitaron un inmueble objeto de intervención en el marco de esta iniciativa pública. 

El proyecto, financiado por un convenio entre la Junta de Castilla y León y la Diputación de Palencia, ha supuesto una inversión de 52.000 euros, aportando cada una de las administraciones el 50 %. 

Esta actuación facilitará el acceso a viviendas sociales y contribuirá a frenar la despoblación rural gracias a la colaboración que mantienen desde 2021 ambas instituciones. 

Armisén ha manifestado que esta actuación es “un ejemplo claro de colaboración y lealtad entre administraciones para prestar los mejores servicios y soluciones a las demandas de población”, gracias a un “dialogo continuo entre alcaldes, Junta e institución”. 

Las viviendas rehabilitadas hasta la fecha en la provincia de Palencia han sido 77 con una inversión total de 4,4 millones. La previsión hasta finalizar la legislatura es rehabilitar 20 nuevas viviendas con una inversión de 1,9 millones, por lo que el mandato terminará con 97 viviendas incorporadas al parque público de alquiler, con una inversión de 6,3 millones. 

El inmueble que visitaron fue construido alrededor de 1875, y ha sido utilizado como vivienda. Tras varios años desocupado, presentaba un estado de abandono y gran deterioro, incluyendo el hundimiento parcial del forjado en la primera planta. 


Originalmente, la vivienda contaba con dos plantas y un bajo cubierta, con una superficie útil total de 123,68 m², distribuidos en 40,72 m² en planta baja y 82,96 m² en la primera planta y el bajo cubierta. 

Para recuperar las condiciones adecuadas de habitabilidad, se llevó a cabo una reestructuración y rehabilitación de la vivienda, centrándose en la primera planta y el bajo cubierta. Se modificó la escalera original y se redistribuyó el espacio interior para configurar un nuevo programa de vivienda compuesto por salón-cocina-comedor, dos dormitorios y un baño, con una superficie útil resultante de 89,50 m². 

Las obras de rehabilitación incluyeron la demolición de tabiquería, alicatados, solados e instalaciones, así como el desmontaje de carpinterías exteriores e interiores. 

Se ejecutó una nueva distribución con tabiquería de ladrillo, enlucido de yeso y trasdosado de fachada con sistema autoportante de pladur con doble placa y aislamiento de lana mineral. Además, se renovaron los alicatados en la cocina y el baño, se aplicó pintura plástica en los paramentos y se instalaron nuevos solados. 

Se llevó a cabo la renovación completa de la carpintería, la instalación eléctrica, la fontanería y el saneamiento, además de la instalación de una hidroestufa de pellets. Como resultado, la vivienda reformada cuenta con una superficie útil de 50,40 m² y una superficie construida de 66,42 m².

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