Neoagricultura en Soto de Cerrato



Reproducimos, por su interés, un artículo de opinión publicado en el Diario Palentino por el articulista Ilia Galán, en el que bajo el título de "Neoagricultura", analiza la inversión realizada por las instituciones en la electrificación del regadío de Soto de Cerrato, y la llegada de las nuevas tecnologías al mudo agrícola.

Las nuevas culturas de la siembra y la recolección han ido mutando especialmente en las últimas décadas de un modo que han convertido la profesión de agricultor en una especialización que requiere cada vez más conocimientos. 

El que cultiva en sus ratos de ocio puede pensar que no se requieren grandes estudios para eso, aunque sí algo de paciencia y conocimientos. 

Pero la competencia entre países, la lucha para lograr mejores precios o una gran producción a bajo coste han cambiado el idílico panorama del agricultor en un par de generaciones. 

No solo es el uso de tractores, segadoras y otras maquinarias, cada vez más complejas, sino los estudios sobre semillas, su germinación, la producción de estas con variedades más rentables, es decir, la mutación del campo en industria, lo que ha ido cambiando todo. 

Por eso no es tan extraño que se decida destinar casi millón y medio de euros para modernizar el regadío en Soto a fin de electrificar la estación de bombeo con energía renovable. 

Nuestras idílicas campiñas, donde cantaba la calandria y por las tardes asomaba entre la fronda del canal de riego el ruiseñor se están transformando y ahora el riego por goteo -alejando el derroche de agua- la extracción racional, la variación en las siembras para que la tierra no pierda sus sustancias y hasta se enriquezca o no quede extenuada al extraerle los nutrientes, todo ello ha hecho que ser campesino ahora implique aprender, algunos con estudios de agrónomos, pero en cualquier caso, atentos siempre ya a las innovaciones. 

Los gastos en el combustible, la inversión en máquinas cada vez más eficaces y cómodas, hacen necesaria una producción rentable. 

Hacer lo de siempre, sin más, podría no ser ya tan viable. Por eso ahora se busca que el campo tenga cierta autonomía en su gestión. 

Fuentes de electricidad para el autoconsumo, como las de Soto de Cerrato, con 841 hectáreas, pueden instalarse; esperemos que ya que ocupan grandes superficies se aprovechen como tejadillos de almacenes o naves, pues así se logra más con menos. 

El campo ahora se mira con técnicas, más que con la inercia o los corazones: con razones.

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