La tradición carnavalera de "el revolquín" en Soto de Cerrato


Llega un nuevo Carnaval y el diario Carrión Digital ha dedicado un artículo a varios aspectos curiosos de esta celebración en diversas localidades cerrateñas.

En el artículo, trata de forma profusa el revolquín, una celebración carnavalesca de la que cuenta sus características especiales, y que ubica en la Cofradía de Ánimas de Soto de Cerrato.

Cuenta el artículo que además de los actos similares a los organizados por las cofradías de otras localidades, dos semanas antes del carnaval el que tocaba la tambora recorría el pueblo tocando, con la chavalería detrás.

De vez en cuando aceleraba el ritmo del toque y decía “un revolquín”, una señal que los niños obedecían revolcándose por el suelo, con el detalle de que como solía ser época de lluvias y las calles estaban embarradas, se rebozaban en barro.

También decía “un codín”, y los chavales movían un codo; “el otro codín”, “media vuelta”, “vuelta entera”… y los niños obedecían como títeres. Para dar por finalizada la ronda, volvía a tocar un revolquín y una especie de jota.

Fernando Pastor continua relatando e Carrión Digital que en esta cofradía de Soto solamente podían ser miembros los hombres, y en las meriendas de los días de Carnaval no participaban las mujeres casadas.

Tras la merienda había un baile que en los años cuarenta era amenizado con un pianillo con un manubrio que accionaba el señor Alejandro.

Al igual que en otras cofradías similares los cofrades tenían obligación de acudir a misa durante los Carnavales, así como a los funerales de otros cofrades cuando fallecían.

La forma de controlarlo era muy singular: había un libro con tantas cuerdas como cofrades, se pasaba lista y si un cofrade no estaba presente, se tiraba de su cuerda para luego apuntar su nombre e imponerle una sanción de 10 céntimos.

El revoleo de la bandera se acompañaba de órdenes graciosas que el capitán daba al abanderado utilizando de transmisores a dos niños, que corrían las picas... que se diera la vuelta mirando a un determinado lugar (a las campanas, al público…), que hiciera el revoleo pasando la bandera por debajo de las piernas..., etc.

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