La Junta de Castilla y León invertirá casi un millón de euros en la reducción de costes energéticos del regadío de Soto de Cerrato
La Junta de Castilla y León y los regantes de San Isidro Soto del Cerrato (Palencia) y los canales del Pisuerga (Burgos y Palencia) y La Maya (Salamanca), han firmado sendos convenios para la modernización energética de más de 11.000 hectáreas en las que trabajan cerca de 3.700 agricultores y ganaderos que supondrán reducir factura y emisiones contaminantes.
La consejera de Agricultura y Ganadería, Milagros Marcos, ha firmado estos convenios con los representantes de las tres comunidades de regantes para la ejecución de las obras que permitirán una elevada reducción de los costes energéticos -355.000 euros anuales- y de las emisiones contaminantes -5.240 toneladas de dióxido de carbono al año- mediante energías alternativas.
Marcos ha concretado que se espera que en el próximo periodo de riego en 2020 éste se lleve a cabo ya con estos sistemas alternativos que se pondrán en marcha con las obras. Estos acuerdos, que cuentan con una inversión total de 10 millones de euros -de los cuales la Junta de Castilla y León financia el 50 por ciento-, incluye una primera fase en la que se realizarán estudios de viabilidad para analizar las diferentes soluciones energéticas y determinar la más viable para después redactar los proyectos y ejecutar las obras necesarias para garantizar la introducción de este tipo de energías alternativas.
El objetivo que persiguen estos convenios es reducir la dependencia de los suministros energéticos tradicionales, reduciendo el coste de este gasto, que alcanza los 355.000 euros al año, lo que permitirá mejorar la competitividad de las explotaciones agrícolas de estas zonas.
Se trata, de este modo, de lograr un uso más eficiente de la energía en la agricultura, de introducir sistemas de producción sostenible, de disminuir las emisiones de carbono a la atmósfera y de impulsar las energías renovables como marca la política europea para reducir la huella de carbono.
Todo ello redundará, además, en beneficio de los agricultores, puesto que con este tipo de inversiones el ahorro en compra de energía a la red puede oscilar entre el 20 y el 50 %.
Con esta actuación se avanza en el compromiso de la Consejería de Agricultura y Ganadería, incluido en el Mapa de Infraestructuras Agrarias, de buscar soluciones que reduzcan los costes de la energía de los regadíos modernizados, que en algunos casos complican su competitividad ante el incremento de los costes de la energía eléctrica tradicional.
Además, se ponen en marcha medidas, para alcanzar un ahorro de agua y energía, establecidas en el Plan de Impulso a la Bioeconomía, recientemente aprobado.
En este contexto, la consejera ha señalado que estas tres zonas avanzarán por delante de lo que lo hacen las de otros lugares de España y tendrán una ventaja competitiva, de manera que podrán ahorrar y producir más.
El convenio que ha suscrito la Consejería de Agricultura y Ganadería con el presidente de la Comunidad de Regantes de Soto de Cerrato (Palencia), Francisco Javier Núñez, está destinado a mejorar la modernización energética del regadío de esta zona mediante la implantación de energías alternativas.
Los 960.000 euros presupuestados para estas obras van a mejorar la competitividad de las explotaciones de 120 regantes que trabajan en una superficie de 841 hectáreas en las que se reducirá la emisión de dióxido de carbono en 520 toneladas cada año.
El ahorro estimado en esta zona puede ser de entre un 15 y un 25 % del coste energético anual, lo que en esta comunidad de regantes puede suponer unos 13.000 euros al año.
La consejera ha destacado los diferentes beneficios que tendrán las obras de modernización en estas zonas como la optimización del uso del agua, lo que permitirá hacer frente con mayores garantías a las circunstancias de escasez de recursos disponibles.
Además, para mejorar la competitividad y rentabilidad de las explotaciones agrarias, los costes para el riego con presión se reducen en las zonas modernizadas un 35 % respecto a las zonas sin modernizar.
Esta modernización contribuye activamente a la regeneración en el campo, ya que las incorporaciones de jóvenes en las zonas modernizadas son un 80 % superiores que las que se producen en las zonas sin modernizar y la población en las primeras es un 40 % mayor. Esta apuesta por un sector modernizado se aprecia también en la inversión que llevan a cabo los propios agricultores, que es un 240 % mayor en las zonas modernizadas que en las no modernizadas.
El regadío modernizado permite diversificar las alternativas de cultivo, principalmente porque pueden realizarse otros cultivos más asociados a la transformación agroindustrial. Esta posibilidad de adaptación de las producciones a las necesidades del mercado permite mejorar y garantizar la competitividad de las explotaciones agrícolas.
El ahorro de agua, junto con el efecto sumidero de CO2 que suponen los cultivos de regadío, hace de las modernizaciones de regadío una herramienta eficaz para luchar contra el cambio climático. En estos momentos, con las actuaciones en marcha, se alcanza el 54 % del compromiso adquirido al inicio de legislatura por la Junta de Castilla y León de modernizar los regadíos en 40.000 hectáreas en este periodo de ejecución del Programa de Desarrollo Rural de Castilla y León.
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